¿Qué es y cómo funciona un control de accesos biométrico?

Aunque hace unos años era casi ciencia ficción, el control de accesos usando un dispositivo biométrico se han convertido en algo de uso diario (podemos realizar accesos biométricos decenas de veces al día si tenemos un móvil con desbloqueo por huella o reconocimiento facial).

La tecnología ha dado un salto enorme y eso proporciona la plataforma ideal para que cada vez más sistemas se apunten a la biometría. Acceder a nuestro lugar de trabajo con nuestro pulgar o nuestro iris, desbloquear el móvil por huella o crear una cuenta bancaria por reconocimiento facial son acciones habituales ya. De hecho, las apps de los bancos las usan como modo preferente el acceso biométrico a la hora de acceder a ellas en nuestro móvil.

Sistema de acceso biométrico. Caitba

¿Pero qué es exactamente un acceso biométrico?

Se trata de un sistema de dispositivos que lee algún dato biométrico y que conectamos a un sistema de control de accesos habitual. Dichos dispositivos de lectura, en lugar de leer una tarjeta física, o tener un teclado para introducir un PIN, lo que leen es alguna característica física personal que nos identifica de forma única como son las huellas dactilares, o nuestra fisionomía facial.

Por tanto, una vez el dispositivo nos ha escaneado dicha característica física, compara con la base de datos del sistema de accesos y nos permitirá la entrada o no dependiendo de si la lectura y nuestra ficha coinciden, y si tenemos acceso permitido.

Tipos de sistemas biométricos

Aunque los más reconocidos son la lectura de huella dactilar y el reconocimiento facial, hay otros sistemas de lectura biométrica como son el reconocimiento de la forma de nuestro iris, el reconocimiento de voz o la lectura incluso nuestro patrón vascular (nuestro sistema venoso es único para cada ser humano).

 

Cada uno de ellos tiene sus ventajas e inconvenientes y dependerá de las necesidades de seguridad, el tipo de usuarios, y del presupuesto, para que se instale uno u otro. Por ejemplo, en una empresa de construcción, jardinería o taller mecánico, un lector de huellas suele fallar mucho debido a los constantes cambios en los dedos como cortes, heridas, etc. Entonces sería más efectivo un sistema de accesos y presencia por reconocimiento facial o de iris, aunque sea más caro.

Sistema de acceso biométrico. Caitba

Ventajas de un sistema biométrico

Es más seguro ya que una tarjeta física, una contraseña o PIN son algo que podemos copiar, robar o pasar de unos a otros fácilmente, y por tanto el acceso o control de presencia no está garantizado. Sin embargo, usar una característica física, supone que nadie puede suplantarnos.

Además, sobre todo cuando hablamos del control de presencia en empresas, no es algo que un empleado se pueda “olvidar” de traer o que se le haya “extraviado”, ni es algo que pueda dar a un compañero de trabajo para que use en su nombre y ausentarse.

Inconvenientes de estos sistemas

Como todos los sistemas tecnológicos, hay ciertas desventajas en estos sistemas y el principal escollo a la hora de implementarlos suele ser el precio, que es más caro que un sistema de lectura de tarjetas. Aunque cada año la tecnología mejora y eso abarata mucho su coste de adquisición. Si se opta por un sistema de accesos de este tipo, conviene que sea de calidad, ya que los sistemas de lectura demasiado económicos pueden ser engañados con una simple foto de nuestra cara o incluso una foto de nuestra huella dactilar.

 

Entre los principales inconvenientes en cuanto a su uso, se encuentran el mencionado problema de las huellas dactilares en trabajadores de campo, el coste más alto en el reconocimiento facial o vascular, la incomodidad del reconocimiento de iris al tener que acercar mucho el ojo al lector, y por último pero a su vez más importante, al recelo de los trabajadores a su uso e invasión de privacidad por tener almacenado algo tan sensible como las huellas dactilares.